El cabello graso debe su aspecto a un desajuste, relativamente frecuente, de las glándulas sebáceas, que segregan la grasa natural, que asegura la lubricación del cabello y su protección contra la contaminación. Cuando se produce en exceso, se vuelve nefasto. Este desequilibrio afecta a una de cada cuatro mujeres, el cabello se ve brillante, pesado y pegado al día siguiente de lavarlo.